LA MOTIVACION
El desarrollo de las neurociencias en todos los campos de
investigación, y el sin número de herramientas con las que se cuenta hoy en día
para descubrir ese gran misterio que es nuestro cerebro, han puesto a la orden
de psicólogos y educadores las estrategias necesarias, que les permiten
coordinar sus intervenciones con la forma en que funciona nuestra mente.
En este breve exposición pretendemos entender de qué
forma se inscriben en nuestros cerebros los diferentes procesos de motivación,
para así provocar en nuestros estudiantes esos circuitos neuronales que activan
estos procesos. Y a partir de esa comprensión, ofrecer ejemplos prácticos de
cómo desarrollar la motivación intrínseca en nuestros hijos.
Causas comunes de la falta de motivación.
Las causas de la desmotivación estudiantil son prácticamente ilimitadas. Varían por el tipo
de población estudiantil, por el momento del año, y hasta por el nivel de
ingresos. Solo conversando con sus hijos podrán saber qué es lo que realmente
los desmotiva. Sus razones pueden ser sumamente diferentes de lo que usted
cree. Sin hacer su tarea cuidadosamente, los padres y maestros, podemos estar
invirtiendo una inmensa cantidad de recursos para resolver un problema que no
existe. Una vez que sabemos que motiva a nuestros hijos o estudiantes, ¿Qué
hacemos para motivarlos?
Recompensas y el cerebro: ¿Buenas o malas?
Nuestro cerebro está diseñado biológicamente para
predecir, procesar, disfrutar, y recordar las recompensas. El recorrido
cerebral que se da a la hora de recibir una recompensa es complejo,
involucra tareas de predicción, detección, de orientación hacia una meta, planificación,
placer, expectativas y memoria. Las áreas cerebrales que participan son el
hipotálamo, la corteza orbitofrontal, la amígdala, y otras estructuras medias
del cerebro (Schultz, 2000).
Los premios pueden temporalmente estimular respuestas
físicas, sin embargo suelen impedir, no ayudar, con los comportamientos más
complejos. Así que si usted piensa que dar premios le ayudará a desarrollar
mentes brillantes, lo más probable es que resulte decepcionado. Esto es lo que
el gran pensador, físico y premio Nobel Richard Feynman (1999) escribió sobre
los premios:
“Yo no entiendo cual es el punto de que alguien en la
academia sueca decida que este trabajo es lo suficientemente digno para recibir
el premio- Yo ya tengo el premio. El premio es el placer de encontrar lo que
estaba buscando, el impulso en el descubrimiento”.
Nuestra mente fabrica sus propias recompensas. Se llaman
opiáceos, y pueden producir una excitación natural similar a la producida por
las drogas. Probablemente a la mente no
le interesa si la recompensa es concreta- como dinero u objetos de valor-
o privilegios, status, reconocimiento,
atención, seguridad o fama.
Las recompensas, para el cerebro, no son algo tan simple
como el responder una pregunta de si o no. Sucede que el cerebro tiene
diferentes tipos de sistemas que alertan sobre las recompensas. Una de los
sistemas incluye códigos para predecir las recompensas, y el otro, para
corrección de errores. El primer sistema crea atención (más si el refuerzo es
aleatorio), y el segundo crea un mejor aprendizaje.
El sistema de recompensa-predicción se toma la tarea de
predecir el placer que puede venir. La predicción del placer es suficiente para
activar la dopamina, neurotransmisor que activa el circuito del placer
(Tremblay y Schultz,2000).
Aunque se obtiene placer de la anticipación de la
recompensa, el cerebro enloquece cuando el premio viene como una sorpresa,
desatando una explosión de dopamina. Con este nuevo placer encontrado, el
cerebro almacena entonces la condición de la recompensa como parte de su
memoria, y la predicción de esta puede comenzar en otra ocasión.
El asunto está en que aunque en un principio aunque los
estudiantes mejoran cuando han recibido
una recompensa inicial, con el tiempo, la ejecución de la mayoría de
ellos tiende a disminuir en la misma medida en que sus acciones continúan
siendo motivadas. Este patrón sostiene
la investigación de que la dopamina es activada tanto con el sistema de
predicción como con la recompensa en si misma (Berridge y Robinson, 2002).
Otro problema, biológicamente hablando, es que el cerebro
rápidamente se habitúa a la recompensa (Koob y LeMoal, 2001). Recuerde que
tenemos un cerebro que se adapta, que es dinámico y cambia en respuesta al
ambiente, lo que significa que lo que funciono el algún momento puede que no
funcione por mucho tiempo. Podemos pasar rápidamente del estar satisfecho con
un 80 a querer un 85 por el mismo esfuerzo. En otras palabras, las recompensas
cambian el cerebro rápidamente, y lo que funciono el algún momento deja de
trabajar (Koob y LeMoal,1997).
¿Cómo se relaciona esto con la motivación hacia el aprendizaje?
En primero de primaria un niño estará feliz con una sticker, en tercero con una
galletica y ya en quinto solo un pedazo de pizza podrá tener el mismo efecto.
Ya para octavo grado, las pizzas no son la gran cosa, y los niños quieren una
bicicleta o cualquier cosa equivalente.
Lo que nos lleva a concluir que activar un sistema de
motivación extrínseco, puede ser tan efímero como el minuto que pasa. Y nos
lleva a considerar seriamente el promover la motivación intrínseca, que no es
más que el promover la activación de la curiosidad natural de los alumnos.
Activando la Motivación Intrínseca.
Como padres y maestros podemos orquestar un ambiente
favorable- uno que tenga bajos niveles de estrés y sea alto en retos- que
permita que surja en el individuo la motivación intrínseca por aprender.
Existen algunos lineamientos que podemos seguir:
Asegurarnos que los estudiantes tengan o un proceso
modelo a seguir o un meta final importante.
Asegurarse de que tengan las herramientas necesarias para
lograr sus objetivos.
Permitirles elegir- tanto para las cosas pequeñas como
para las grandes.
Modelar el disfrute por el aprendizaje, la lectura.
Proveer una variedad de experiencias relevantes en
relación al objetivo buscado.
Asegurarnos de que los estudiantes le encuentre
significado a lo que están haciendo.
Retroalimentar durante todo el proceso la evaluación del
progreso.
Permitirles a los estudiantes más tiempo para que el
cerebro fije la información que recibe en forma de input diariamente.
Alternativas a las Recompensas.
Ayudar a nuestros estudiantes a crear estados mentales
positivos. Uno de los mayores descubrimientos en la historia de la neurociencia
fue el descubrimiento que de todos los comportamientos externos de alguna forma
se correlacionaban con los procesos cerebrales internos. Millones de neuronas
forman complejas redes, que señalan sistemas que representan los
comportamientos que llamamos “estados mentales”. Lo que sucede es algo similar
a la forma en que el viento, el sol, y la humedad en forma colectiva forman
complejos patrones atmosféricos que llamamos “estado del tiempo”. Los estados
mentales crean “estados de tiempo” en nuestros cerebros en cada momento.
Los estados mentales cambian con nuestras sensaciones
(como el hambre, la fatiga), sentimientos (como la culpa, felicidad,
preocupación), y los pensamientos (como
el optimismo, esperanza) combinándose y recombinándose simultáneamente. Pero
los estados mentales no son intangibles como antes pensáramos, por el
contrario, son altamente cuantificables, muy reales, y definitivamente
cognitivos (Damasio, 1994).
Ahora, que tienen que ver los estados mentales con la
motivación y el compromiso. En primer lugar, los estados mentales combinan
nuestras interacciones emocionales, cognitivas, y físicas lo que nos permite
tomar todas nuestras decisiones. Evocar estados mentales específicos les
permite a los estudiantes tener mas libertad para hacer nuevos aprendizajes.
Liberando así al estudiante de viejos patrones mentales que no le permiten
involucrarse en el proceso de aprendizaje, y proveyéndolo de la flexibilidad
necesaria para enfrentar positivamente cualquier nuevo reto o sistema de
pensamiento.
Todos los comportamientos que deseamos de los estudiantes
vienen de un abanico de estados mentales potenciales. Entonces el primer
objetivo de nuestra intervención será tratar de ubicar a nuestros hijos y
alumnos en un estado mental apropiado para el objetivo que deseamos lograr,
para así lograr un cambio en la actitud.
De esta forma abordamos el asunto de la motivación desde
otra perspectiva, desde la óptica de manejar el estado mental. Pero, ¿cómo
podemos leer y manejar los estados mentales? El
leer el estado mental de nuestros hijos y estudiantes es crítico. Por
ejemplo: Si vemos a un estudiante en un estado de apatía, recordemos que
probablemente comenzó en otro estado el de frustración. Cuando no tratamos la
frustración el niño puede tomar uno de dos caminos: enfadarse o desconectarse.
El punto es, que es mejor hacernos sensible del estado de frustración que del
de enfado o apatía. Si prestamos atención y leemos el estado mental de nuestros
niños prevenimos muchas conexiones cerebrales negativas para nuestros
objetivos.
Una vez que leemos el comportamiento, debemos hacernos la
siguiente pregunta: ¿Es el estado que estoy viendo apropiado para el objetivo
que quiero? Si no lo es, tiene una solución en potencia: Cambiar el estado
primero, y después el cambio en el comportamiento se da más fácilmente.
A continuación algunas formas prácticas para cambiar el
estado mental de los estudiantes:
Eliminar la amenaza. Use pequeños grupos de discusiones
para preguntarle a los estudiantes que hace que el colegio sea una
experiencia incomoda y que pudiera hacer
el aprendizaje mas un momento de disfrute.
Ofrecer temas diarios que incorporen lo que su hijo esta
viviendo en su proceso de aprendizaje. Esta estrategia puede ayudar al niño a
tener una actitud mas enfocada. Entérese de cuales son los temas que los niños
están trabajando en el colegio y ofrézcales anécdotas, comparta datos y
experiencias tanto de usted como de cualquier miembro de la familia.
Trabaje para tener una influencia positiva. Haga esto
todos los días simbólica y concretamente. No olvide las creencias de los niños
hacia sí mismos y hacia el aprendizaje.
Esta influencia positiva se ve representada en el uso de afirmaciones,
reconocer el éxito del niño, darle señales no verbales positivas y promoviendo el trabajo de equipo.
Maneje la emoción de sus hijos y entrénelos a auto
manejarlas. Una buena forma de hacerlo es involucrar el uso productivo de
rituales, dramas, celebraciones. Usar conversaciones estructuradas
positivamente para manejar los estados mentales. Si están en un estado
negativo, ofrézcale temas que le permitan expresarse y a enfocarse hacia algo
mas positivo. La música y actividades son excelentes formas de influenciar y
cambiar es estado de animo de sus hijos y estudiantes. Como así también paseos
cortos, buenas historias, estrecharse, juegos, y a fuera. En otras palabras, use todos los
recursos a su disposición para cambiar el estado mental de sus hijos.
Deles retroalimentación. Es una de las principales
fuentes de motivación intrínseca.
En general, toda la investigación nos lleva a comprender
que el problema de la motivación es la forma en que manejamos los
estudiantes. En vez de preguntarnos,
¿Cómo puedo motivar a mi hijo?, pregúntese ¿De qué forma natural se motiva a si
mismo su cerebro? Recuerden que nuestro cerebro naturalmente produce opiáceos
que activan circuitos neuronales de placer. Creemos el reto, construyamos un
ambiente enriquecedor y de soporte, y dejemos que cada uno de los organismos de
nuestros hijos haga el resto!
Extraído de: http://www.faromundi.org.do/2010/08/cerebro-y-motivacion/
3 comentarios:
la motivación esta relacionada con las fuerzas que dirigen el comportamiento humano en busca de descubrir las metas particulares deseadas (los motivos) que subyacen al comportamiento como lo pueden ser comportamientos tan básicos como beber para satisfacer la sed, o como caminar para hacer ejercicio.
la motivación esta relacionada con las fuerzas que dirigen el comportamiento humano en busca de descubrir las metas particulares deseadas (los motivos) que subyacen al comportamiento como lo pueden ser comportamientos tan básicos como beber para satisfacer la sed, o como caminar para hacer ejercicio.
todos los seres humanos actuamos a base de una motivación al levantarse cada día siempre se encamina motivada por algo y al momento de hacer un actividad debes tener motivación para que salga de la forma requerida, a su vez la motivación es un estado interno de estimulación, que es elaborado por una necesidad psicológico o biológica, que lidera la conducta en búsqueda de satisfacción como el hambre o la sexualidad.
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